CUENTO: LA GRANJA DE SEBASTIÁN
La granja de Sebastián era una granja como todas las granjas; es decir, muy normal. Pero un día todo cambió porque a Sebastián se le ocurrió contratar un ayudante. La idea no era mala, ya que en la granja había mucho trabajo y el pobre Sebastián se sentía un poco cansado. El ayudante se llamaba Juanito; parecía muy bueno y trabajador; pero como siempre había vivido en la ciudad, era algo torpe a pesar de su buena voluntad. El día que llegó, Sebastián le recomendó que se fuera a dormir temprano porque en la granja había que levantarse a la madrugada, junto con el sol, cuando cantaba el gallo. "¡Vaya despertador más raro!", pensó Juanito mientras iba en busca del gallo para ponerlo sobre su mesa de luz. Y eso no fue nada; lo peor fue cuando intentó darle cuerda... ¡tuvo que correrlo por todo el dormitorio porque el gallo no se dejaba retorcer la cola! "Este debe ser un gallo automático, de ésos que tienen pilas", pensó por fin y, cansa-do, se acostó en s...